Íban a intentar perder por poquito y...

Ya se había venido calentando el encuentro por parte de la figura del Estrella Roja, Milan Gurovic, que hizo unas declaraciones en las que afirmó desear una renta de no menos de 12 puntos para poder encarar tranquilamente el partido de vuelta en Madrid; y también por parte de su entrenador, Dragan Sakota que puso su parte de picante al choque: “Ha llegado la hora. No tenemos nada que perder”.
La cancha del Estrella Roja había estado cerrada de cara al público en las dos últimas citas de competición europea después de que su fervorosa afición protagonizara duros enfretamientos con los seguidores del PAOK, cuyo equipo visitaba en esa ocasión la temible Sala Pionir. Las chispas estaban aseguradas.
Y en esas llegó el Madrid a Belgrado, con el antecedente de esta misma campaña, en el que cayó de paliza por 100-81. El alero Gurovic se perfilaba como la mayor amenza de un equipo de por sí a tener en cuenta. Curioso jugador éste, conocido por la afición española después de su paso por el Barcelona, Unicaja y DKV; desde donde marchó a Yugoslavia con más pena que gloria. Es un alero muy completo surgido de los Balcanes ( lo cual es una ventaja desde el principio ), con lo que ello acarrea: grande cuando le miran, marrullero y polémico cuando no ( lleva tatuado en el brazo izquierdo el rostro de Draza Mihailovic, un antiguo gobernador totalitarista ). Prueba de ello son sus maravillosos 27 puntos por partido en Europa que ironizan con sus costantes teatreos delante de los árbitros y su forma de provocar a los rivales.
Pues bien, el partido de hoy ha sido simplemente precioso. Es de esas veces que sabes que todo va a salir mal, y que a poco que algo ínfimamente pequeño suceda a tu favor, lo valoras como si fuera enorme. Ver a 7.000 personas encima tuya, esperando que caigas para reirse de ti y que tienen su aliento pegado a tu cogote incesablemente; y que de repente Bullock meta dos triples silenciadores es algo que no tiene precio. Pocas veces te sientes pequeño siendo del Madrid, y tengo que decir que cuando eso pasa, y el resultado es positivo...vale siempre por dos. Esta tarde se ha dado una de esas ocasiones, en los que todos los factores estaban en contra, y sin embargo, el Madrid ha ganado. Ha ganado merecidamente a un equipo duro, fuerte, tal vez mejor que el propio Madrid; pero que hoy ha sido peor. Sweet Lou ha lanzado mejor que nunca y Felipe ha reboteado como siempre para llevar a los merengues a comerse su pastel, que hoy era el más rico de todos. La igualdad ha sido la tónica predominante hasta el descanso, momento en que empezó un monólogo blanco que no acabaría hasta el partido final: 72-83. Y pudo ser peor ya que la máxima rento llegó a los 17 puntos.
Qué grande es el baloncesto. Cuántas sensaciones se pueden sentir en un mismo partido. Yo puedo asegurar que envejezco y pierdo pelo en cada encuentro. Perdón si he mostrado cierto fanatismo, pero hoy me he sentido realmente bien por ser del Madrid.
Ahora queda la vuelta, tenemos una ventaja de once puntos. Esperemos que sea suficiente...
1 Comments:
Ese Madrid! Bonita cronica. Bullock es Dios,y quien lo discuta merece la horca.
salud!
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