sábado, agosto 04, 2007

Yo estuve allí...

(Haced el favor de ponerle un tono narrativo-acongojante)

Lo que viene a continuación es una historia de desengaños, odio y lucha por la supervivencia dentro de un autobús. Todo comenzó allá por ayer...

Después de regalarle la PS2 a Mariete fuimos a un centro comercial llamado Plenilunio, a comprar algún juego que alimentara nuestro lado más grotesco y oscuro; lleno de tinieblas (porque las tinieblas sin tí, son sólo nieblas) erizos verdes y José MArías Aznar...que básicamente es el lado friky de la vida. De allí salimos con el 2k7, una dosis perfecta para los "enebeadictos" (¿Para cuando un Día del orgullo NBA?) que resultamos ser mi compadre y yo. Todo era demasiado bonito, y es que el señor Rubiano se hizo con un pack que incluía, además del CD, un reloj promocional de la marca por sólo 20€ menos 5 céntimos! Así que dichosos y flamantes salimos de la tienda con docenas de horas de entretenimiento bajo el brazo, un reloj y el carné de socio del lugar aquel que por marginal que era no recuerdo su nombre. Ya en casa nos tiramos como fieras derechos al plástico que lo envolvía, lo rompimos con la ansiedad con la que un fumador da la primera calada del día y... ¡sorpresa, estaba vacío! Llamamos al establecimiento para pedir explicaciones y lo único que se le ocurrió decir a la dependienta es que "se me había olvidado daros lo de dentro"... y qué esperabas que quisiéramos?? Lo de fuera?! Comunistas... puag!

Como Mario había de preparar la maleta y hacer la colada, me pidió que regresara a por lo de dentro antes de que llegara su padre. Por lo que presto y raudo me subí al primer autobús que pasó sin ser consciente de lo que se estaba gestando en aquel momento.

A la altura del Parque Primero de Mayo (mundialmente conocida como la Parada de las Lámparas) , parada estipulada en el itinerario del 281, se disponían como siempre a subir millares de personas, y entre ellas una señora cuarentona de cabellera rubia color número 46º de la estantería de Garnier, labios tuneados por Margaret Astor y vaqueros ceñidos a las posaderas. Para que me entendáis, una marujona made in Spain que bien podría haber protagonizado Atasco en la Nacional junto a Pablo Carbonell, porque además la tipa berreaba de lo lindo. Pues bien, nuestra Anabel Alonso particular picó con su Bono bus de 10 viajes y bien por la alineación de los astros, bien por birlibirloque del joven Matusalén o bien porque la máquina estaba mal; le habían tachado dos viajes en lugar de uno...

(continúo en la siguiente entrada; seguid leyendo que merece la pena)