miércoles, junio 13, 2007

¿Y tú, dónde estabas cuando...?

Hay situaciones que son hechos. Hay hechos que se convierten en acontecimientos. Y los acontecimientos, cuando son históricos, son lo que llamamos efemérides.

Pues bien, el pasado sábado asistimos a una de esas efemérides, algo que será difícil de olvidar. A las 23:43 de la noche el Madrid caía merecidamente en Zaragoza por 2-1, mientras que en el Camp Nou el Barcelona se imponía al Espanyol por idéntico resultado. Las semanas de euforia desbocada que habían levantado las victorias en el último minuto se venía abajo, la flor de Capello era más bien un cactus, los fantasmas de los últimos cuatro años se dejaban notar en el ambiente. Las caras largas en el banquillo del Madrid llegaban al suelo, mientras que al cielo de Barna miraban todos los culés intentando encontrar explicación a tan magna fortuna. Dos ciudades, dos estados de ánimo, dos enemigos íntimos. La sonrisa de uno siempre fue proporcional a la tristeza del otro. Pero sólo eran las 23:43...
Durante el suspiro que tardaron en llegar las 23:44, Van Nistelrooy empujó a la red un balón suelto, que sirvió al Madrid para empatar el partido y de paso, para sacarme a mí del baño; donde ya había optado por irme después de presenciar tan funesto panorama. Incluso me recuerdo consolando a mi hermana, que lo veía más negro aún que yo; pero un golpecito de esperanza animaba a los escépticos a creer en que todo era posible todavía.
Mientras reponían la tercera repetición del gol de los blancos, Andrés Montes (bendito sea) dijo en bajito (es del Atleti) que se corría el rumor de que Tamudo había metido el segundo en Barcelona. Caos.

Una de las preguntas más recurridas por los periodistas deportivos especializados en baloncesto, es la de dónde se encontraba y qué hacía el entrevistado cuando Jordan metió la última canasta del sexto partido de la serie que enfrentaba a Utah y a Chicago en 1998. Pues bien, dentro de cinco o siete o diez años, cuando seamos periodistas famosos, y si Dios (o quien sea) quiere especializados en deportes, seremos nosotros quien preguntemos; y me jugaría algo a que la noche del día 10 de junio de 2007 sale por algún lado. Como la providencia de momento no ha querido que sea yo quien lo pregunte, contaré dónde estaba y qué hacía cuando a Tamudo se le ocurrió hacer feliz al madridismo.
Como las cosas pintaban tan mal y mi hermana y yo no teníamos más familiares de César en los que cagarnos, en el minuto 83 decidí empezar a consolar a mi pobre hermana ya que si la llego a dejar iba a ser capaz de cortarle el rabo al portero del Zaragoza y colgarlo del espejo retrovisor de nuestro Seat Altea a modo de trofeo, de cabrón que estaba siendo. Se me estaba haciendo tarde y a nuestra ilusión de ganar la Liga le quedaban 5 minutos de vida, así que me metí en el baño a ponerme guapo para salir. En esas mi tata gritó "Dani! Gol de Van Nisterroy!" y claro, uno por inercia se asoma al salón a ver qué ha pasado. El tanto no significaba nada en sí ya que mientras el Barça siguiera haciendo un mejor resultado que el nuestro, las cosas iban a seguir igual de mal. Yo estaba apoyado en mi sillón eventualmente ya que en cuanto viera el gol me iba a ir de nuevo al baño. Pero el rumor del empate en Barcelona se plasmó en el marcador que la Sexta tenía colocado en la pantalla para que se pudieran seguir los partidos importantes de forma simultánea al de la Romareda.2-2, 2-2. Mi saltó llegó al techo de mi casa. Mi hermana y yo nos pusimos a saltar como quien se agarra a un canguro con hipo, recorriendo toda la casa brincando por las paredes y asustando un poco a mi madre que no tenía ni idea de qué pasaba. Qué saltos dimos! La Liga que habíamos perdido hace un par de minutos la volvíamos a ganar, nos abrazamos, abrazamos a mi madre y hasta abrazamos a mi perro que, pobre de él, pasaba por allí. Después de media hora con la Liga en Cam Barça tenemos por delante una semana, y quién sabe, si 3 meses de título de Liga en la Casa Blanca. ¿Para cuándo Tamudo Balón de Oro? La noche transcurrió mucho más feliz que como hubiera sido de cualquier otra forma, y la mañana bien mereció los 2 euros invertidos (que no gastados) en periódicos qué quedarán guardados junto al montón que ya tengo recopilados.

Bien, y tú, tú dónde estabas y qué hacías y sobre todo, cómo reaccionaste cuando Van Nistelrroy empató?... y cuando empató Tamudo?

Mensaje subliminal: ¿contenta Silvia?